Retorno a la sierra de Guadarrama...España
Temperatura de -10 grados centígrados y un viento punzo penetrante, así fue como me acogió de nuevo mi lugar nevado favorito en la comunidad de Madrid a solo 48 minutos de la ciudad capital, antes de subir con mis compañeros de aventuras no podíamos dejar de prepararnos con una bebida energizante, al llegar al bar-cafetería de la estación del puerto de Navacerrada pedimos tres chocolates calientes y para comer unos deditos dulces de harina fritos llamados picatostes (acorde a uno de mis panas, es una tradición en Navacerrada antes de subir montaña el comerlos)
La subida nunca es mas difícil que la bajada, todo el recorrido es un reto, a pesar de que hay caminos hechos por las maquinas quita nieve para los esquiadores
Mis amigos de aventuras son lo extremadamente temerarios para subir por las cuestas de al lado de ellos, la nieve llegaba en ocasiones hasta nuestras rodillas, afortunadamente ya deje de ser un deportista montañista fumador, así que la subida fue mas fácil y placentera.
Las vistas a altura de la caída del sol valen la pena cuando se esta recibiendo viento y frió proveniente de todos lados, esto es lo que vale la pena de cuando se ponen a prueba las fuerzas de el querer hacer algo y conseguirlo. ¿Quién dijo miedo? ¿A que le temen?
La bajada la hicimos por el borde de la montaña, en la que debido al viento helado fijo de esquina, la nieve era hielo, lo cual hacia mas peligroso el descenso, al mismo tiempo ya caía la noche y una nube negra nos amenazaba con enviarnos nieve-lluvia y todavía mas viento helado tal cual podría ser vista en el paso de Caradhras en la primera película del señor de los anillos.
Al bajar, aprovechando el hielo y mi circunstancial gordura y mis estudios para usar la gravedad a mi favor, decidí deslizarme por el resto del camino helado sobre mis glúteos, no tengo fotos de ello lamentablemente, pero los que me conocen se que deben de estar riéndose en estos momentos de solo imaginarse el momento Kodak.
Aquí están dos temerarios, Manuel y Sergio, que a pesar de ser de Maracaibo al igual que yo; tienen el ánimo aventurero y no le tienen miedo al congelante placer, la noche cae en la sierra de Guadarrama, se hace mas frió aun, mas chocolate caliente, pero esta vez sin picatostes, no hay hambre, solo frió. Atrévanse, la vida es corta.
Seguiremos viajando, seguiremos informando
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