viernes, junio 23, 2006

Moby Dick

Herman Melville (1819-1891) de ascendencia inglesa y holandesa, y educación religiosa presbiteriana.


melville


Este autor fue leído por mi persona cuando solo contaba con la edad de 13 años, se podría hasta decir que el forma parte de los tantos literarios que me inspiran para continuar viajando y que de alguna u otra forma han hecho mella en mi conciencia viajera ya que el de igual forma fue viajero.
A partir de 1844 dejó de navegar y comenzó a escribir novelas basadas en sus experiencias como marino, Los relatos de su padre, eterno viajero, y de su tío, viejo lobo de mar, le inculcaron en su infancia afanes viajeros. En la primavera de 1837 embarcó como grumete en el Highlander, velero mercante de la línea Nueva York-Liverpool. En 1850 se establece en una granja cerca de Pittsfield (Massachussets),y escribe la novela de aventura Moby Dick o la ballena blanca (1851). El tema central es el conflicto entre el capitán Ahab y la gran ballena blanca que le arrancó la pierna a la altura de la rodilla. Ahab, ávido de venganza, se lanza con toda su tripulación a una desesperada búsqueda de su enemigo. La obra sobrepasa en mucho la aventura y se convierte en una alegoría sobre el mal incomprensible representado por la ballena, un monstruo de las profundidades, que ataca y destruye lo que se pone en su camino.
La foto que les muestro a continuación esta relacionada con el siguiente extracto de la misma novela de Mr. Melville, fue tomada en una de mis tantas caminatas por la ciudad costera de Southampton en Inglaterra, aunque solo entre una vez a tomarme una cerveza “ALE”, el solo imaginarme el sitio me recuerda mucho a la posada y restaurante (Mesón) mencionados en su novela, si nos trasladáramos a esa época en el tiempo a los Estados Unidos, la posada luciría algo así:

OldePub

Pub Antiguo britanico

A continuación un pequeño extracto del capitulo II de Moby Dick el cual inspiro esta foto:

Nada más sucedió durante el transcurso de la travesía, así que pronto estuvimos en Nantucket, y era ya bien entrada la noche cuando saltamos a tierra. Nos dedicamos en seguida a buscar cena y cama. El patrón del «Surtidor de la Ballena» nos había recomendado a su primo Josué, del mesón «A Probar la Olla», famoso por sus sopas de pescado. Pronto lo encontramos al ver una muestra en la que figuraban dos enormes ollas de madera pintadas de negro.

Nos hizo entrar en una salita y no tardando mucho nos encontramos ante una cena compuesta de una excelente sopa de mejillones, seguida de un no menos excelente guiso de bacalao. En mi vida he probado pescado más apetitoso y, como supe más tarde, allí sólo se servían mejillones y bacalao, tanto por la mañana como a mediodía y por la noche, pero nadie se quejaba.


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