martes, febrero 28, 2006

Maracaibo 2005

Maracaibo
Al llegar las primeras luces del año, en la vereda del lago(antiguo paseo del lago) una de las reflexiones que paso por mi mente de las que todos nos hacemos en ese primer día de un nuevo comienzo fue referente a el mismo sitio en donde me encontraba , me preguntaba:
”por casualidad habrá alguna gaita que hable de la vereda del lago?” y al añorar el antiguo calificativo me pregunte; “En que momento los marabinos le dimos potestad a el Alcalde Di Martino para que le cambie el nombre a nuestro pulmón citadino? Quizás mis lectores venezolanos me tilden de maracucho regionalista y posiblemente sea verdad, pero en las nostalgias de mi niñez acostumbraba entrar al complejo tarareando la famosa gaita: Venite pa’ Maracaibo A la feria de la chinita aquí la cosa es bonita en el bello paseo del lago ... ¿Que le esta haciendo este señor a nuestra peculiaridad histórica y por ende musical también? A la final es un empleado publico que trabaja para nosotros. Las alcaldías de los países desarrollados no se basan en el populismo barato para gerenciar las ciudades en las cuales son electos, ni tampoco se dedican a cambiarle los nombres de los espacios públicos para alimentar el ego del cual estos gobernantes de turno se alimentan entre vicios y corrupción sin pensar en dietas gerenciales y por ende tampoco usan el instinto en que si las obras están bien hechas, no hace falta una valla con la foto del ejecutor para recordarnos que existe cultivando precisamente el culto a su mismo ego populista y dominante de masas ignorantes. Así que decidí tomar la foto de nuestro lago la cual adorna el principio de este post y los primeros rayos de ese sol del que también se habla en mucha poesía, canciones y de alguna u otra forma de aludir a su calor, agradable para muchos y excesivo para otros pocos, pero siempre se menciona al astro rey para bien o para mal.
Maracaibo II 2005
Cuando se visualiza una salida del sol bajo la influencia de lo que se esta a esa hora después del rumbon del año y luego de no haberlo hecho por cinco años por estar en otro país, también pensamos en las metas a futuro inmediato, por desgracia el año 2005 me trajo el tener que lidiar apenas en los siguientes días de Enero con un robo de vehículo a mano armada y su proceso de llamadas amedrentadoras de la mafia queriendo sonsacar a las victimas por un rescate, al cual se ignoro afortunadamente ya que el cuatro ruedas estaba asegurado, luego de eso, el sitio en donde los papeles originales del traspaso descansaban se chamuscaron en el famoso incendio de la torre de parque central en Caracas, que chévere el 2005 en Maracaibo continué pensando y haciendo de tripas corazón decidí probar y quedarme en esta ciudad que me vio nacer, y como el apotegma del siglo XX lo consagra: “ En donde se esta mejor es en la tierra en que naces” pues me dedique en febrero a colaborar con cineastas en algunos proyectos audiovisuales aprovechando unos retazos de composiciones musicales con las cuales no había hecho nada todavía, asimismo perdí cinco meses de sueldo al confiar en la palabra de un primo el cual pensaba que el Lago Mall iba a hacerlo millonario en cinco años después de sacar veinte ediciones de una revista publicitaria la cual ni era necesaria para aumentar las ventas de esta compañía, quizás muchos lectores se identifiquen con esto de trabajar para la familia o con la familia, no es fácil, pero persistentemente caemos de nuevo en el error de hacerlo o de quizás el no hacerlo.
Maracaibo no cambio tanto en los años que estuve afuera y muy lejos de ella, únicamente la percibí mas limpia y arborizada, aunque con mas vehículos automotores contaminando con su monóxido de carbono sin ningún tipo de control ambiental o por multa impuesta, sobre todo por los famosos carritos por puesto y ahora gracias a las perversiones compra votos del alcalde de turno y su ego ensanchado por la mediocridad de sus seguidores hoy por hoy cada vez menos que ayer, “Patrimonio cultural de Maracaibo” lo cual este humilde marabino lo considera un insulto a la inteligencia de los que no necesitamos ni deseamos la popularidad en una valla publicitaria.

Continuaré informando, continuaré viajando